Los grabados se realizan en taille douce
a partir de placas de cobre.
Las tiradas son limitadas, numeradas y firmadas por la artista.
Se realizan en el taller Arús-Pazot de Barcelona.
Eau courante, dice el título
de la primera obra, y este título intriga, habida cuenta
de lo que se observa. Es que, precisa de inmediato Brigitte Pazot,
esta agua ha casi desaparecido a fuerza de correr y correr sobre
la piedra. Pero ved como está intensamente presente en los
rastros complejos de su fluidez, que confinan a la escritura. Ved,
sobre la masa granítica, aflorar aquí o allí
solo microscópicas presencias orgánicas, ved, como
reflejadas por un arqueólogo sobre un papel de calco, aparecer
estas señales, estas runas, estos ideogramas, estos rastros
de antiguos poemas, estos lamentos de pescados y algas, recuerdos
de un ecosistema evanescente.
Algunos fascinantes y frágiles bichitos
se agitan aún, afortunadamente, en los grandes fondos deslumbrantes
(¿agua o aire?) de Fugitif présent. Y en
el centro de la materia, la energía vital abunda y vibriona,
como estas minúsculas briznas que la teoría moderna
de las cuerdas supone, ávido por reconciliar las leyes de
lo infinitamente grande y las de lo infinitamente pequeño,
y que la simple idea alegra a Esprit vagabond, el cremoso
y de robustas neuronas.
Así como los nuevos puntos de vista
sobre la teoría de la materia, la neurobiología, la
astrofísica, estos universos intensamente sugestivos nos
preocupan y nosotros encantan. ¿Nos atreveremos a aventurarnos
en Horizon d’événements, al borde mismo
del agujero negro (de nuestra mortalidad), e inclinarnos sobre esta
membrana que materia y luz pueden tan fácilmente cruzar a
la ida, pero nunca a la vuelta? Podría ser que, del otro
lado, no sea negro - sino rosado, como en Point zéro…
Inquietud/impulso, materialidad/evanescencia,
anverso/reverso, muchas de las últimas obras de Brigitte
Pazot se interpelan, dialogan, se responden la una a la otra. Tsoin-tsouin
invierte y carnavaliza In Petto. Sobre el fondo al rojo
vivo de Migration, una cultura se desvanece, signos orientales
de una elegancia extrema que se deshilachan y se desagregan, dejando
tras de si solo algunos carbones calcinados y la sensación
de haberlo perdido todo.
A découvert al contrario,
vista desde arriba, como a vista de pájaro, es el país
de los hombres buenos, del gran río de riberas efervescentes
y parlanchinas, que se recorren con la cabeza alta y corazón
alegre. Nada que ver, obviamente, con la arena vacía y acuchillada
de Mots suspendus, desgarrada por alfileres, agujas, anzuelos,
lanzas, recinto privado de lenguaje por la violencia — en
el borde inferior de la cual la imaginación dañada
quiere reconocer colinas, un pueblo, una humanidad.
Por último, en una especie de fusión
de los contrarios, Pierre levée, la de la larga
cabellera, se levanta, ligera y toda recargada de una vitalidad
ferruginosa, dentro de un espacio densificado por finos trazos regulares.
Y, en un maelstrom de acontecimientos orgánicos, Simultaneité
exorciza la angustia de la esterilidad, de la evaporación,
de la carbonización.
Y es evidentemente el agua (A fleur
d’eau) quién tiene la última palabra, el
agua retenida, burbujeante, liberada: el agua en majestad.
Nadine Satiat
Para Brigitte Pazot, todo comienza
al borde del río, en la contemplación de la corriente
de agua y las piedras pulidas por esta, cargadas de memoria, veteadas
de líneas, de signos. El cobre arañado, mordido, atacado
por los ácidos, es la piedra. La superposición de
las placas es el agua.
Un intercambio misterioso se realiza, y
la piedra habla: ved estas trazas de escrituras que corren, febriles,
por los confines.
Que los secretos de la piedra se alíen
con la vida, con el azul de las aguas, con el verde impaciente del
fitoplancton y con el ocre de las arenas, es todo lo que Brigitte
Pazot, tomando partido por el color, quiere establecer.
Nadine Satiat
Les Nouvelles de l’estampe N° 201 |
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