Las pinturas llevan por título: Libere
anima.
El gesto es la emanación de un impulso
interior.
El gesto inscribe instantáneamente
el tiempo intimo y su impregnación de las formas naturales
observadas.
Pinto a partir de la naturaleza, extensiones
de agua y arrecifes, agua en corriente y sus pasajes entre las piedras,
salto de agua y la audacia de los precipicios.
Remontar en si mismo y encontrar en la
naturaleza la correspondencia consigo mismo.
B.Pazot
Transcribir la emoción del momento.
Con Brigitte Pazot tenemos el sentimiento
de que los sentidos están en un constante despertar, al acecho
de toda forma de vida susceptible de despertar una emoción.
Seguir estas emociones del momento para transcribirlas sobre la
tela, es el planteamiento fundamental de Brigitte Pazot. Hay ahí
como una sed de absoluto donde la angustia existencial es como canalizada,
rota por esta adhesión al momento presente vivido en plena
disponibilidad. Brigitte Pazot considera esto último como
vital ya que es el medio privilegiado para intentar alcanzar esta
armonía de las cosas que parece ser su objetivo supremo.
Mi pintura es movimiento interior.
Es la razón quizá por la
cual eligió la abstracción (casi siempre) para expresar
esta búsqueda de armonía. Mi pintura es movimiento
interior, dice Brigitte Pazot. Es este movimiento que pinta con
intensidad sobre sus acuarelas, búsqueda arriesgada, ya que
este movimiento es imprescindible que continúe hacia el exterior.
Pintando generalmente sobre el motivo (campos
de colza del Vexin, gargantas del Verdon, etc.), Brigitte Pazot
hace más que transformar estos paisajes naturales, los transfigura
dándoles un verdadero impulso vibratorio. Más que
un estado de ánimo, el paisaje pasa a ser un momento de vida
atravesado por estas vibraciones que expresan la armonía
de los colores y ritmos. Un poema acompaña a veces la acuarela:
Tierra, fuego y sol de invierno, viento
concentrado que trastorna los órdenes, confianza en un momento
infinito, retención y también trasgresión,
transformación.
También es poeta. ¿Pero dónde
se detendrá y que detendrá a Brigitte Pazot? Nada
ni nadie seguramente. Por lo menos mientras no haya agotado el campo
de los posibles, un campo que se ofrece a ella como si se abriera
al infinito.
J.M.Grimbert
Paris Mantes Normandie le 2/12/1992
“ Aquello que se te reprocha,
cultívalo. Es ti mismo ”. Picasso a Jean Cocteau.
Brigitte PAZOT pintora y grabadora presenta
sus obras a la casa del Châtelet de Bourg-Argental.
Islotes constituidos en el océano
de las formas.
Sin duda alguna, la práctica del
aikido como danza de las energías, influye en parte sobre
la expresión de Brigitte Pazot. Abstractas, sus pinturas
expresan el movimiento por medio de volutas de tonos francos, rojo
vivo, violeta, azul intenso… dando una impresión de
fluidez y de libertad.
Buscando siempre el calor de la materia,
aun y en sus texturas opacas, sus acuarelas transmiten la luz. En
cuanto a sus grabados, de colores minerales, revelan la maestría
del artista y su gusto por los arrecifes, las columnas erigidas
tomando su fuerza en las memorias profundas, islotes constituidos
en el océano de las formas.
El conjunto de su obra da prueba de su
percepción ultrasensible de la naturaleza donde encuentra
su fuente de inspiración. Hago confianza a mis sentidos dice
ella, la que pinta a menudo al borde de los arroyos. Contemplo el
movimiento de agua que se deshilacha siempre, deslizando sobre las
piedras, contorneando las rocas, componiendo con los resplandores
de luz….
Allí, Brigitte Pazot escucha la
naturaleza de las cosas, restableciendo la escucha directa con el
corazón. Acoge así, disponible, la rica paleta de
las emociones ofrecidas por la vida.
Claudie Léger
Le Progrès de Lyon, el 20 de noviembre de 2004
El placer de contemplar la pintura
de Brigitte Pazot nace de un remolino en el cual se entrelazan tiempo
y colores. Esta alquimia vibrante se armoniza con el lugar, que
la preserva y la amplía. Como un manantial precioso de armonía
entre mundos impalpables que no obstante sentimos vivir en nosotros.
De esta fuente brota un río, en
primer lugar arrullada entre rocas imperceptibles, que se extiende
a continuación más allá de la tela, perturbando
así ciertas dimensiones inherentes al vacío.
Así la piedra bajo los remolinos
toma vida y se pone a contemplarnos.
J.B.Michalowicz |